Costa Rica prende el horno de la inteligencia artificial como siguiente apuesta de inversiones: “Ingredientes están, solo hay que cocinar el queque”
Greg Asher, vicepresidente senior de Tecnología y Soluciones Estratégicas en Feuji habló sobre las ventajas y retos para el país.
San José, Costa Rica – 07/15/2024
Primero, las noticias complicadas
La “luna de miel” con la inteligencia artificial (IA) está por acabarse. Después de la emoción inicial, viene el reto para las empresas, las personas y hasta para el ambiente de analizar qué tan útiles y accesibles serán realmente los avances que hasta ahora se han hecho públicos de esta tecnología.
Y ahora las noticias más optimistas
Costa Rica ofrece una combinación de elementos que le permitiría capitalizar las oportunidades que brinda la evolución de esa industria.
Así se resume el diagnóstico de Greg Asher, vicepresidente senior de Tecnología y Soluciones Estratégicas en Feuji. La transnacional está instalada en el país y es por ello que el experto ha analizado diversos ejes necesarios para poder potenciar esa industria a nivel nacional. Factores ambientales y de talento humano forman parte de la ecuación clave para ir avanzando en un terreno donde hay que correr. Asher alerta que a diferencia de otros escenarios donde se puede planificar a cinco o diez años, aquí se trata de plazos de “tres días” en los que todo cambia.
Energía como solo Costa Rica la daría
En términos muy simplificados, ahora la IA se entiende como el “mejor algoritmo de comprensión del mundo”. En cuestión de 10 años, detalla el experto, se lograron concentrar grandes sets de datos en pequeños dispositivos, con la capacidad de encontrar relaciones o nueva información.
El desafío clave de momento está en que toda esa infraestructura necesita de un alto nivel de consumo energético.
“Si usted opera esto en carbón, se acabó el mundo”, alerta Asher.
La contraposición clave es entonces un modelo de energías más sostenibles, en el cual no todos los países podrían igualar a Costa Rica.
“No muchos países tienen la capacidad hidráulica que Costa Rica tiene para producir esta energía; tiene la combinación de geología, la disponibilidad de esto es lo que está generando”, expone el experto.
“Pero estos centros de datos que van a operar con energía verde la gente va a tratar de replicarlos entonces ustedes ya van liderando el camino en los esfuerzos de sostenibilidad”, suma.
En ese escenario, por tanto, ya hay terreno ganado para el país.
“Veo esto más cómo una continuación del camino en el que ustedes ya están. Es solo el siguiente paso en el viaje”, ilustra Asher.
Lo bueno y lo malo con la educación
En el tema del recurso humano, otro reto clave de la IA y otras industrias, se tienen dos vertientes dentro de la lectura de Asher.
Del lado de las preocupaciones, lo central es el tiempo presionando.
“Tenemos educación primaria, luego la secundaria, universidad, posgrados, la industria del trabajo. Diez ños. Si empezamos hoy con niños, 10 años después van a ser muy natural para ellos poder utilizar esta tecnología de IA. Qué pasa en estos 10 años, ¿podemos esperar? Creo que no”, resume.
En cuanto a las oportunidades, la expectativa es la posibilidad de entrenar las habilidades.
“El reto más grande es cómo acelerar la educación. Realmente no me preocupan tanto las destrezas, pienso que hay habilidades naturales para tomar ventaja que hace menos necesario estar atado técnicamente”, anota el experto.
Por la idiosincracia y emprendimiento, Asher resalta nuevamente el terreno fértil que tendría Costa Rica en esta materia.
“He estado por todo el mundo, no todas las culturas tienen este nivel de creatividad, de pasión, o capacidad para pensar el problema en profundidad. Ahí es donde pienso que ustedes pueden tener una ventaja porque la gente es maravillosa”, menciona.
Los puntos de cuidado para la Inteligencia Artificial
Más allá de Costa Rica, el experto expone las situaciones globales que van de la mano con el avance que vaya teniendo la IA.
Aunque insiste que, en términos prácticos, ningún país lleva una ventaja real en la materia, se debe tutelar el mal uso que podrían hacer algunos, sobre todo los que tengan más recursos para sostener las infraestructuras.
“Tenemos que empezar a pensar ese nivel de inteligencia artificial igual a cómo tratamos las armas nucleares. Tenemos que tener un acuerdo de armas entre países, que no vamos a ir a desarrollar estas cosas”, analiza.
“Nadie está hablando de eso ahora. Entonces me preocupa que habrá un incidente un día que genere todo esto”, sigue.
Sus preocupaciones se agravan por la facilidad con que se puede generar un efecto negativo con al IA.
“A diferencia de la tecnología nuclear, adonde hay un tiempo de preparación entre cuándo lo quiere hacer y cuando tiene la bomba, para IA es muy corto”, indica. “Una vez que decide que quiere hacerlo y tiene los recursos, está disponible, ya está hecho”, alerta.
Ser un Blockbuster o un Netflix
Para dimensionar aún mejor los panoramas que vendrían con la IA, Asher cita el ejemplo ya clásico de como la plataforma de Netflix superó el alquiler de videos de Blockbuster; un fenómeno que podría repetirse sobre todo en los lugares que no avanzan en la correcta adopción de la tecnología.
“Hay ciertas organizaciones que lo están resistiendo o están tratando de ponerlo en la esquina para usarlo muy limitado. Estos serán los Blockbusters”, dice. “Hay otras organizaciones que se dan cuenta que hay una forma distinta de hacer las cosas, que podemos pensar un poco distinto cómo hacemos trabajo, estos son los Netflix”, complementa.
El reto es enorme incluso entre los más familiarizados con la materia.
Expone que en las plataformas académicas, las publicaciones sobre IA están aumentando 20% por mes.
“Incluso para los tecnológos es demasiado rápido. Es cómo que nunca lo hemos visto antes, hay tanto interés”, sintetiza. “No hay forma que un individuo pueda entender todo. Eso siempre ha sido cierto por la tecnología, pero es una aceleración exagerada de esa tendencia. Entonces hablamos de días u horas”, concluye.
Y lo más importante: ¿superará o sustituirá la IA a las personas?
Al punto al que ha llegado la IA y las interrogantes que quedan sobre cómo se comportaría en un futuro (que no es muy lejano), la visión más optimista de Asher sería un uso compartido entre la ” vida real” y el factor tecnológico.
“Lo que yo quiero es un mundo donde la IA se integre en nuestras vidas en una forma que nos ayude naturalemente. Que tome de nosotros las cosas que no queremos hacer en todos los trabajos”, dice.
Eso, lamenta, choca con factores como el económico.
“La presión financiera para aplicar esto, acelerar procesos de poner estas máquinas inteligentes en todo va a remover a los humanos. En un balance frío, el humano es el elemento costoso: hay que alimentarlo, darle salud, una casa, quiere tiempo libre, todas esas cosas. Entonces puedo ver un futuro donde nos vamos muy lejos y hay que devolverse un poco”, estima.
Sus esperanzas van entonces por aquellas áreas donde la mente humana sigue siendo indispensable.
“Hay cosas que ud no puede enseñar cómo la creatividad”, dice.
El futuro de la inteligencia artificial, mientras tanto, se sigue gestando cada día y con el potencial, insiste Asher, de que la receta pase por Costa Rica.
“Los ingredientes están acá, solo hay que cocinar el queque”, concluyó.
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Respuesta al incidente
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